jueves, 6 de junio de 2013

Más vale que sobre...

Los coches enormes nunca han sido los que más me han llamado la atención. En mi caso empiezo a fijarme en ellos cuando mis necesidades familiares cambian. De pronto empecé a darme cuenta de que existían los SUV, los monovolúmenes pequeños y grandes, los coches familiares... y eso que llevaba años probándolos y escribiendo sobre ellos. Hay un momento en mi vida en el cual me empiezan a preocupar los maleteros en los que quepan más cosas que mi bolsa de palos de golf.

Un coche grande no tiene porqué ser obligatoriamente feo, es más, entre una berlina y una carrocería Avant, Variant, Wagon (o como diablos las llamen las marca) siempre me quedaré con las segundas. Es increíble el cambio que puede sufrir un mismo coche pasando de una carrocería a otra. Es el caso, por ejemplo, del VW Passat, Opel Insignia, Honda Accord o cualquier Audi... y no es el caso de desprestigiar estas opciones sino simplemente de una opción estética por la que me decanto.



Me hace mucha gracia cuando una marca te explica la filosofía de estos coches en concreto: "con ellos podrás sentir la deportividad al volante sin renunciar a esa vida deportiva que tanto te llena". Vamos, como si todos los días estuviera sacando y metiendo la tabla de surf, las bicicletas o los teledirigidos en lugar de a mis hijos para dejarlos en el colegio.

Pero aquí llego al tema central de este post: los coches enormes. ¿Cuáles son? Hay varios, pero uno que destaca especialmente: el Ssangyong Rodius. Sí, ese monovolúmen con más capacidad que un avión comercial... La primera vez que lo vi pensé: "Dentro caben dos Lotus Elise". ¿Y la estética? Su talón de Aquiles para todo el mundo excepto para sus orgullosos propietarios, aunque seguro que cuando eran más jóvenes no soñaron con un Rodius como su coche de diario. Y no nos engañemos, nadie cuando se pone a filosofar sobre su coche perfecto piensa en este mastodonte. El Rodius te lo compras porque tienes tres hijos o más, no cabes con ellos en ningún lado y tu economía no está como para decirle a tu mujer: ¿Y si tu vas en él y yo me compro un 911?



De todas formas es injusto pensar siempre en la palabra feo cuando del Rodius se trata. Ahora acaban de presentar la nueva generación y la cosa cambia tanto como hacer el camino de Santiago descalzo o con zapatillas. Su frontal ya no parece diseñado por alguien al que los coches le importaban lo mismo que a mi los programas de María Teresa Campos y el frontal ya no es aquél que diseñó el hijo de uno de los del equipo de diseño de Ssangyong. El pilar D ahora se ha convertido en uno de sus principales atractivos, lo mismo que los faros delanteros de nueva factura.



Por dentro, ahora es más grande (no es broma) con lo que la habitabilidad es, de nuevo, su principal fuerte. Detrás pueden viajar cinco personas sin tener que rozarse las piernas, hecho que se convierte en muy incómodo si uno va en pantalón corto o bañador. A los mandos, me siento Gasol (lástima que esta ya no sea su marca, él se lo pierde). Miro a todos desde una altura a la que pocos estamos acostumbrados. Las dimensiones del volante son como que una paella valenciana se queda en mera tapita de bar... Manotear con semejante circunferencia requiere la velocidad de manos de un carterista.
El motor de 155 CV funciona de maravilla (7,5 litros de consumo medio a los 100 km) y su rumorosidad ha descendido de manera alarmante, parece como si hubieran puesto una capa de hormigón sobre el bloque.



En carretera alcanzas velocidad de crucero sin sobresaltos, todo fluye de manera muy suave. En este caso es mejor optar por la caja automática, mucho más progresiva que la manual de seis velocidades que sacó el camionero que llevo oculto en mis bajos fondos. Pero la automática cuenta hasta con pulsadores en el volante o un gatillo por si quieres subir o bajar de marchas desde la palanca de cambios. A la hora de abrir el portón se caen al suelo 875 litros de capacidad, una barbaridad que te permitirá viajar con el aforo completo y las maletas de todos ellos. Y si ya quieres nadar de verdad puedes abatir la tercera fila y hacerte unos largos en los 1.975 litros disponibles. Ssanyong sabe que salvo excepciones, las familias numerosas no van sobradas por lo que pone el Rodius en el mercado a un precio fantástico de 25.280 euros. Además ofrece una serie de descuentos a los que seguro te puedes acoger.

No es el coche de mis sueños, no es lo que le recomendaría un soltero apasionado de las curvas y con alergia a los niños, pero sí a una familia que quiere disfrutar de un coche cómodo, espacioso, a buen precio y con una estética con la que ya no te señalan por la calle. Este coche lo vas a ver mucho por la calle y cada vez más.  

4 comentarios:

  1. No es una belleza, pero para familias numerosas es una pasada y es cierto que ha mejorado bastante estéticamente, a parte de olvidar el vetusto motor diesel anterior. Saludos Javier!!

    ResponderEliminar
  2. Cierto, no es una belleza pero ha mejorado muchísimo! Y el motor es mucho más refinado! Saludos!

    ResponderEliminar
  3. Razón to te falta Javier, aunque estéticamente sigo teniendo mis reticencias. Yo pasé de la deportividad a la necesidad. De un Civic Coupe, un BMW 3, a una Lancia Phedra 7 pz.Y es que cuando una familia numerosa necesita elevadores, sillas grupo 0, Carritos, Bolsos, pañeles, etc. etc. La deportividad queda a un lado por la necesidad imperiosa de espacio. Y como bien dices el 911 no es la opción B, (ya me gustaría). Tienes dos alternativas, 1) comprar un cofre regalo con una prueba en circuito del deportivo de tus posibilidades. 2) Meter en tu "fragoneta", la bicicleta sin desmontar ni nada para tirarte por el primer barranco que encuentres con ella, eliminando así toda la adrenalina acumulada. Y es que la vida te da las cosas como te vienen, no como nos gustaría que fuesen, pero para ello nosotros buscamos las alternativas.

    ResponderEliminar
  4. Gracias por tu comentario Fity!

    Efectivamente, cuando la necesidad y el espacio obliga no podemos hacer nada...
    Respecto a lo de las cajas regalo (es un tema del que pronto escribiré) siempre me han parecido una estafa (ojo, habrá de todo). La mejor manera de quemar adrenalina es una pista de karts y un grupo de amigos con los que pasarlo bien. Planazo asegurado.

    Un saludo!

    ResponderEliminar