miércoles, 14 de diciembre de 2016

Mitsubishi en el Campeonato de Rallyes de Asfalto 2016, un año inolvidable

La competición está en el ADN de Mitsubishi, prácticamente, desde que el primer vehículo de la marca de los tres diamantes puso una rueda en el asfalto... No hay especialidad alguna en la que un Mitsubishi no haya triunfado: Asfalto, Tierra, Todoterreno, Montaña, Energías Alternativas... ¿Energías Alternativas? Sí, claro, son los nuevos tiempos que corren en donde la eficiencia, el bajo consumo y el respeto por el medio ambiente ha dejado de ser una moda pasajera para convertirse en una filosofía de vida, y como tal Mitsubishi puso en liza un Outlander PHEV para seguir derribando barreras. Y lo ha conseguido. Pero no nos engañemos, a los que nos gustan las carreras, lo que nos pone es la gasolina a raudales, litros y litros sin compasión y ruido, mucho ruido.

Cuando entré a trabajar en Mitsubishi me encontré aquí con un "loco" de las carreras que también lleva la competición en su ADN: David Muñoz, un fenómeno como persona y compañero, con el que me alié para seguir luchando por hacer historia en el Motorsport. Es cierto que yo me subí a un carro ganador, pero también es verdad es que las horas de curro, de desvelo y preocupaciones no nos las quita nadie. ¿Y todo para qué? Pues, para que ahora mismo gire mi cabeza a la izquierda y vea una vitrina llena de trofeos y eso que todavía faltan los de este año: una temporada que nunca olvidaremos.



Durante los últimos años, Mitsubishi ha tenido una bonita trayectoria en Tierra y Todoterreno, pero el mayor tirón en nuestro país está en el Asfalto y el que más ilusión nos hacía por la enorme dificultad de ganarlo. El arma, un Mitsubishi EVO X N+, que tras muchos años peleando en el Nacional partía como uno de los favoritos. Para intentar dar la campanada y hacer algo especial tomamos una decisión difícil: cargarnos la EVO Cup y buscar un patrocinador fuerte para hacer un equipo oficial. Llamamos a la puerta de Repsol y le contamos nuestro proyecto y no tardaron mucho en dar un Ok que suponía el pistoletazo de salida a una aventura que solo nos ha dado satisfacciones.

La elección de los pilotos fue clara desde el principio: Cristian García, un gran conocedor del coche y único piloto que representa el presente y futuro de los rallyes en nuestro país; Alberto Monarri, un joven, pero veterano piloto madrileño con un CV envidiable en competición; Jan Solans, un jovencísimo piloto de 18 años, sin experiencia, pero del que se hablará muchísimo dentro de unos años y que espero se acuerde de quiénes fueron los primeros que le dieron una oportunidad. Seguro que sí.



Pero no todo fue tan de color de rosa al principio. La firma de un contrato que se enreda, reuniones con abogados pegándose dialecticamente, una llamada de esas que nunca quieres hacer para decirle a un piloto que va a ser imposible salvar su proyecto, pero que al final la tortilla se da la vuelta, un contrato firmado, llevado en mano y entregado en el último momento con carrera incluida por la calle, una salida de pista muy accidentada que nos trajo más de un dolor de cabeza... y alguna que otra anécdota que a día de hoy todavía no se puede contar...

La temporada en Asfalto no pudo empezar mejor: dos contundentes triunfos en los rallyes de Tenerife y Canarias daban un serio aviso a todos los participantes que no nos tenían en las quinielas. Y así, el resto de la temporada, hasta el punto de que en los meses de verano el campeonato estaba, prácticamente, sentenciado. Y esa sentencia vino en el mítico rally de Llanes, con otra victoria para Cristian y Rebeca que conseguían tanto para ellos como para nosotros algo inédito hasta la fecha: el Campeonato Nacional de Rallyes de Asfalto.



Pensando en el año que hemos pasado me alegro muchísimo por la pareja Cristian y Rebeca, porque con su humildad y calidad profesional llegarán muy lejos. Una actitud, la suya, que dista mucho de los viejos rockeros del Nacional que "todo lo saben", con un padre, el de Cristian, que suma y no resta, perfectamente acoplado al engranaje del equipo de Roberto Méndez, que tan bien lo ha hecho este año. Cristian puede ser figura internacional si se dan una serie de requisitos, como el económico, porque calidad le sobra. También me alegro por Alberto Monarri, un tipo con una sonrisa que le acompaña siempre, ojalá siga dando alegrías a nuestro deporte porque es de los pilotos más rápidos que hay en España. Si se me queda una espinita clavada este año es por él, porque no haya sido subcampeón. Y, por último, también me llevo un gran recuerdo de Jan Solans: todo un "pipiolo" todavía a la sombra de su hermano, Nil, pero cuyo nombre ocupará muchos titulares en los próximos años. No olvidéis su nombre.




¿Y qué pasará el año que viene? Eso es lo que nos pregunta todo el mundo. Está claro que aquí no vale lo que hiciste ayer, porque solo cuenta lo que harás mañana. Y es correcto, porque Mitsubishi no para y, de una manera o de otra, no va a dejar de apoyar las carreras, porque a pesar de ocupar el puesto número 22 de ventas en España, es la única que, verdaderamente y desde su modestia, apuesta por las carreras en nuestro país.